Iphone 12, móviles y salud
Santiago Moroño
Director Técnico de Strelia Electrotecnia y miembro del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Telecomunicación de Galicia (COETTGA)
Hace unos días escuchamos que el iPhone 12 provocó que las personas quedaran sobreexpuestas a las frecuencias de radio que emite. Fue el organismo oficial de control francés (ANFR) el que llamó al orden a la multinacional Apple por haber detectado en un test realizado en 141 modelos de teléfonos móviles, que el El iPhone 12 proyecta 5,7 W/kg de energía de radio en el brazo de la persona que lo sostiene, cuando el máximo permitido es 4,0 W/kg.
Las directivas de seguridad europeas limitan la exposición a las ondas de radio emitidas por dispositivos electrónicos utilizados ampliamente en nuestras vidas y actividades. Lo que se monitorea es el “Índice de Absorción Específica”, el SAR en inglés; que es la energía emitida por el celular que es absorbida de manera indeseable por nuestro cuerpo. El SAR mide los vatios de radiofrecuencia que penetran cada kilogramo de tejido biológico (“carne y hueso”) de nuestro cuerpo (W/kg).
La normativa define detalladamente -en pruebas de laboratorio estandarizadas- los valores de exposición para tres situaciones típicas que reconoceremos de inmediato:
- a) el móvil junto a la oreja provocando exposición en nuestra frente
- b) el móvil en un bolsillo de la ropa irradiando contra el tronco de nuestro cuerpo
- c) el celular sostenido con la mano emitiendo sobre nuestro brazo.
En las dos primeras pruebas (cabeza y tronco) el límite SAR europeo es más restrictivo, 2 W/kg como máximo, y el iPhone 12 supera con éxito estas pruebas. Donde se detectó el problema fue en el test de extremidades, que permite un valor máximo de SAR de 4,0 W/kg, y que en el caso del iPhone 12 parece ser de 5,7 W/kg como hemos visto.
Esta exposición a la radio es indeseable por dos motivos: por un lado por los posibles efectos sobre nuestra salud, y por otro porque queremos que llegue toda la radiofrecuencia posible a la estación telefónica con la que se comunica nuestro terminal móvil para tener el mejor servicio (navegación rápida, conversaciones claras, etc.) y que esa energía absorbida no se pierda en cuerpos o paredes.
En cuanto a los efectos en la salud del nivel de exposición detectado, cabe señalar que la normativa fue diseñada con un margen muy grande, y la posibilidad de algún efecto en la salud comenzaría para valores de SAR superiores a 40 W/kg. Así que el valor de 5,7 W/kg del iPhone 12 en extremidades no debería alarmarnos en absoluto. El iPhone 12 es perfectamente seguro a pesar del incumplimiento punible de Apple.
Incluso es importante saber que después de más de 30 años de intensos estudios científicos en todo el mundo – investigaciones básicas y epidemiológicas – no se encuentran relaciones claras entre la exposición a las ondas de radio y enfermedades como el cáncer, las afecciones cardíacas y el deterioro de las funciones cognitivas. y otros que a veces escuchamos.
Quizás la pregunta interesante sea, entonces, ¿por qué se realiza tanta investigación científica en este campo? Pues por eso las ondas de radio se utilizan desde hace menos de 100 años, y en los últimos 50 años se han utilizado masivamente desde la llegada de las emisoras de FM, la televisión, el WiFi, los móviles, etc. Es una novedad absoluta en el desarrollo y evolución de la especie humana. Hasta la aparición de las redes eléctricas y los sistemas radioeléctricos, la presencia natural de estas ondas en la biosfera de nuestro planeta era prácticamente nula, y hoy en día, desde el momento en que una persona, animal o planta comienza a crecer, queda expuesto durante toda su vida a estas frecuencias de radio.
También sucede que las radiofrecuencias pertenecen al grupo de las radiaciones electromagnéticas NO ionizantes. Pero sabemos que existen otras radiaciones electromagnéticas que son ionizantes, como los rayos UV (ultravioleta del sol) o los rayos alfa (emitidos por el gas radón, tan abundante en Galicia) que han existido desde siempre, y que son cancerígenos cuando se exponen a un exceso. . El hecho de que estas radiaciones SI sean ionizantes es lo que las hace potencialmente cancerígenas, y el hecho de que las radiofrecuencias no tengan la capacidad de ionizar (alterar) moléculas biológicas es lo que las hace seguras en este sentido. Aun así, lógicamente, la comunidad científica lleva decenas de años investigando si puede haber algún efecto de estas nuevas ondas de radiofrecuencia en nuestra salud, sin encontrar realmente nada significativo a los niveles de exposición habituales.
Las condiciones de salud que se encuentran están relacionadas principalmente con el efecto térmico que produce esa energía de radiofrecuencia absorbida por nuestro cuerpo. Esto se refiere, por ejemplo, a que si no hubiera control SAR, pasar una hora hablando por teléfono podría elevar varios grados la temperatura interna de nuestro cerebro, provocando que este calentamiento provoque malestar, como fácilmente podemos entender. Puede haber otras interacciones como la derivada de la naturaleza eléctrica de las señales de radio y la actividad eléctrica natural de nuestro cuerpo que estén estudiadas y no sean patógenas dentro de los niveles establecidos.
Los límites de exposición SAR de las directivas europeas (y del resto del mundo) derivan de todo el abanico de estudios científicos desarrollados, y añaden un aspecto muy importante que es el “principio de precaución”. Este principio es el que hace que un valor de SAR de 40 W/kg se vuelva 10 veces más restrictivo en la normativa, admitiéndose sólo 4 W/kg como máximo para autorizar un dispositivo.
Este principio de precaución es también el que impone que los operadores, en cada comunicación que se establezca desde la torre telefónica, tengan que transmitir sólo con la mínima potencia requerida, la cual se ajusta dinámicamente a medida que el teléfono móvil se encuentra más lejos o más cerca de la estación. Para el teléfono móvil la normativa también establece lo mismo, sólo debe emitir al máximo nivel de potencia cuando sea necesario. Las pruebas en las que falló el iPhone 12 se hacen a máxima potencia, por lo que en muchos casos de uso diario, este móvil no fallará porque no necesita funcionar a máxima potencia.
El personal facultativo que forma parte del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Telecomunicación de Galicia (COETTGA) realiza cada año más de 4000 mediciones de exposición radioeléctrica en todo el territorio gallego para garantizar esta protección de la salud y el cumplimiento de la normativa por parte de los diferentes operadores de telecomunicación
Finalmente, el mejor consejo que podemos dar a los ciudadanos en esta materia es insistir en el mensaje que las directivas europeas establecen que debe acompañar a los terminales móviles: Se utiliza el terminal preferiblemente alejado del cuerpo. (con función “manos libres”, auriculares, etc.) y minimizar la exposición a señales de radiofrecuencia. Este mensaje lo podemos ver para el caso de iPhone 12 en este enlace: apartado Exposición a radiofrecuencias.
Cabe saber que técnicamente el teléfono cuando detecta que está contra el cuerpo baja la potencia emitida para cumplir con el SAR. (igual que cuando apagas la pantalla), y cuando la tenemos separada, lo sabe y puede emitir con toda la potencia necesaria a ambos lados del terminal de una forma mucho más efectiva, mejorando la velocidad de comunicación y transmisión, y consumiendo menos energia.
Respecto a Apple, entendemos que corresponde que las autoridades europeas y nacionales apliquen el protocolo establecido, exigiendo la correspondiente solución al problema y que sea este fabricante quien asuma los costes que ello conlleva. De ello se desprende que los organismos de control están vigilantes para que fabricantes y operadores cumplan la normativa establecida, con mayor rigor incluso cuando esto afecta al ámbito de nuestra salud.
Santiago Moroño Arenas
Director de Ingeniería en Strelia Electrotecnia
Ingeniero Técnico de Telecomunicaciones
Colegio N° 7823 del COETTGA